sábado, 31 de mayo de 2014

"HACED DISCÍPULOS, HACED HERMANOS"

Haced discípulos míos, no maestros;
haced personas, no esclavos;
haced caminantes, no gente asentada;
haced servidores, no jefes.
Haced hermanos.

Haced creyentes, no gente creída;
haced buscadores de verdad, no amos de certezas;
haced creadores, no plagistas;
haced ciudadanos, no extranjeros.
Haced hermanos.

Haced poetas, no pragmáticos;
haced gente de sueños y memoria,
no de títulos, arcas y mapas;
haced personas arriesgadas, no espectadores.
Haced hermanos.

Haced profetas, no cortesanos;
haced gente inquieta, no satisfecha;
haced personas libres, no leguleyas;
haced gente evangélica, no agorera.
Haced hermanos.

Haced sembradores, no coleccionistas;
haced artistas, no soldados;
haced testigos, no inquisidores;
haced amigos de camino, no enemigos.
Haced hermanos.

Haced personas de encuentro,
con entrañas y ternura,
con promesas y esperanzas,
con presencia y paciencia,
con misión y envío.
Haced hermanos.

Haced discípulos míos;
dadles todo lo que os he dado;
descargad vuestras espaldas
y sentíos hermanos.

Florentino Ulibarri


martes, 20 de mayo de 2014

Cistierna.XXI Concurso de Ollas Ferroviarias.San Fernando.


DÍA DE LA OLLA FERROVIARIA

      

Cistierna celebró el domingo  "LA OLLA  FERROVIARIA" ¡Qué bonito ambiente se organizó en torno a las suculentas viandas! 
Música, baile, convivencia...

Estábamos invitados a comer, lástima que no era el momento más apropiado. Además ganó el primer premio. Sólo ver la pinta... se comía sola.

                 
                    HISTORIA DE LA OLLA FERROVIARIA.
     La olla ferroviaria fue un invento de los agentes del Ferrocarril de La Robla, allá por la década de los años 1.930, para prepararse diariamente en ella las comidas y cenas cuando realizaban servicio en trenes o hacían reemplazos en estaciones, a veces estos reemplazos duraban seis, ocho y hasta quince días, sin poder regresar a sus domicilios.
   Cocinaban por lo general cocido de legumbres con sus correspondiente carne, tocino, chorizo y morcilla, o patatas con carne y de esa forma comían caliente y económico.
     Al no haber en la mayoría de las estaciones fonda ni pensión donde pernoctar, el personal suplementario del servicio de estaciones llevaba también su catre o cama plegable para dormiten las dependencias de la estación (sala de espera, almacén u
oficina). El personal de trenes, por lo regular, pernoctaba en estaciones que disponían de cuarto de agentes con cocina y habitaciones con camas.
       Había dos tipos de olla: 
       *la OLLA A VAPOR, que se utilizó por el personal del servicio
de tracción (maquinistas y fogoneros) desde la década de los años 30 hasta los años 1.958 - 1.960 en que la tracción de vapor fue sustituida, en el Ferrocarril de La Robla por la tracción diesel,  y 
   *la OLLA DE CARBÓN VEGETAL que se utilizó por el personal de estaciones y el de trenes desde la década de los años 30 hasta los años 1.985– 1.990.
   A partir de esa fecha, bien por la mejor situación económica del personal o bien por que la mayoría de ellos disponían de vehículo propio para los desplazamientos, la olla dejó prácticamente de usarse y si alguien la usaba no era con tanta frecuencia
                                    OLLA A VAPOR
    Estas ollas fueron hechas en los talleres del Ferrocarril de La Robla de Cistierna y Balmaseda para todos los maquinistas, los cuales, para que se la hicieran, tenían que proporcionar el puchero de porcelana al taller.
    Estaban compuestas por una carcasa o forro de chapa de hojalata, de forma cilíndrica, hermética y con un agujero en el fondo para expulsar el vapor de agua. En su interior se alojaba el puchero de uno, dos, tres y hasta cuatro litros de capacidad, el cual por medio de una tubería de cobre recibía el vapor de la locomotora. Este se introducía en la cámara que hay entre la carcasa y el puchero y por medio de un grifo, disponible en la carcasa, se controlaba el vapor necesario para la cocción de la comida. Al tener asignada cada maquinista su locomotora, la olla la mantenían siempre en ella, bien en funcionamiento o en reposo y custodiada en el arca que cada locomotora disponía.