El reino de los cielos
se parece a un hombre
que vendió todas sus palabras
para comprar un silencio.
Cuando el silencio fue suyo
entró en él, despacio,
sin hacer ruido.
Lo sembró, lo regó, lo cuidó...
y al poco tiempo,
brotó una "palabra jamás oída".
Él la escuchó
sin decir nada.
"Y la palabra se hizo carne
y habitó entre nosotros".
Florentino Ulibarri
¡MIRA
QUE ERES LOCO!
Nos
han dicho que quieres volver a nacer otra vez.
Mira
que eres loco, ¿eh?
¿Pero
no ves lo que somos y lo que estamos haciendo?
Y,
sin embargo, Tú quieres venir.
Ya
no sé si con tu gesto testarudo de volver cada Navidad
estás
pretendiendo decirnos algo:
Que
el cielo está siempre abierto,
que
hay estrellas para guiar nuestros pasos,
que
hay ángeles humanos a nuestro lado,
que
podemos hacernos tiernos como niños,
que
el mundo puede ser nuevo,
que
Dios es Padre y Madre en nuestro desconcierto...
Que
nadamos en abundancia
mientras
hay hermanos, tuyos y nuestros,
que
sufren hambre de pan,
de
cultura, de libertad, de cariño, de dignidad...
Que
tenemos un mensaje que se llama Evangelio
que
todavía no es buena noticia para todos,
porque
nosotros lo desvirtuamos y malvivimos.
Que
tenemos miedo de vivir
y
cerramos nuestro corazón a los hermanos.
Que
nos preocupamos mucho por nosotros
y
nos justificamos ante ti dando limosnas.
Que
no sabemos compartir,
y
que Tú sigues encontrando nuestras puertas cerradas...
Si
es así, Jesús,
ven
a nuestras casas esta Navidad,
ven
a nuestra familia,
ven
a nuestra ciudad,
ven
a nuestra parroquia,
ven
a nuestro grupo,
ven
a nuestro mundo...
Y
ven, antes que nada,
a
nuestro pobre corazón.
Florentino Ulibarri