Haced
discípulos míos, no maestros;
haced
personas, no esclavos;
haced
caminantes, no gente asentada;
haced
servidores, no jefes.
Haced
hermanos.
Haced
creyentes, no gente creída;
haced
buscadores de verdad, no amos de certezas;
haced
creadores, no plagistas;
haced
ciudadanos, no extranjeros.
Haced
hermanos.
Haced
poetas, no pragmáticos;
haced gente
de sueños y memoria,
no de
títulos, arcas y mapas;
haced
personas arriesgadas, no espectadores.
Haced
hermanos.
Haced
profetas, no cortesanos;
haced gente
inquieta, no satisfecha;
haced
personas libres, no leguleyas;
haced gente
evangélica, no agorera.
Haced
hermanos.
Haced
sembradores, no coleccionistas;
haced
artistas, no soldados;
haced
testigos, no inquisidores;
haced amigos
de camino, no enemigos.
Haced
hermanos.
Haced
personas de encuentro,
con entrañas
y ternura,
con promesas
y esperanzas,
con
presencia y paciencia,
con misión y
envío.
Haced
hermanos.
Haced
discípulos míos;
dadles todo
lo que os he dado;
descargad
vuestras espaldas
y sentíos
hermanos.
Florentino
Ulibarri
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