Algo más
que un silencio por aquellas palabras
que,
estando vivos entre nosotros,
fueron
consuelo, fuerza y esperanza.
Palabras
que, no sabemos cómo ni de qué manera,
llenaron
tantos espacios ahora muertos.
Mucho más
que una lágrima porque, las vuestras,
fueron
llanto y ríos en abundancia
cuando
nuestros errores o decepciones
no siempre
estuvieron a la altura de lo que valíais.
MERECÉIS, ALGO MÁS
Que caer
en el olvido o en el absurdo
cuando,
sin quererlo o sin saber por qué,
dejamos
vuestros rostros esparcidos en bosques o en playas
campos o
mares, calles o plazas,
cuando,
como cristianos sabemos,
que sois
semilla destinada a descansar en Camposanto
MERECÉIS, ALGO MÁS
Que un día
con veinticuatro horas de recuerdos
porque,
vuestras pisadas en nuestros pasos,
fueron
aliento y entrega permanente
cuando la
vida nos castigaba cruelmente en nuestro caminar
MERECÉIS, ALGO MÁS
Que una
lágrima sin futuro o unas flores sin eternidad
Mucho más
que una añoranza sin esperanza
o un
“gracias” sin una apostar por el más allá
Mucho más
que una legítima ausencia
sin llorar
previamente nuestro arrepentimiento
Arrepentimiento
por las veces que, en el aquí y no en el allá,
no os
dimos el abrazo que ahora os daríamos
el beso
que tal vez os negamos
o el oído
que, tal vez por falta de tiempo, os retiramos.
Qué fácil
es amar cuando alguien se va
y qué
difícil, el Señor nos lo pondrá,
cuando tal
vez nos pregunte:
¿“Qué
hiciste en vida con tu hermano, tu padre, tu madre,
tu abuelo
o tu vecino, tu sacerdote o tu amigo”?
Porque, no
lo olvidemos,
ellos son
nuestros mientras viven junto a nosotros
pero son
de Dios cuando marchan de este mundo.
¡CUÁNTO OS
MERECÉIS! ¡DIOS OS LO DÉ TODO!
Javier
Leoz
|
EL ARTE, La belleza... no es más que la escritura que Dios usa para manifestarse en el mundo,
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sábado, 28 de noviembre de 2015
MERECÉIS, ALGO MÁS
domingo, 15 de noviembre de 2015
CAMINAMOS A LA LUZ DE LA PALABRA ...
... COMO MARÍA
María, enséñanos a abrirnos de para en par a la Vida. Ponnos en camino hacia la vida en plenitud. Las manos siempre acogedoras, siempre abiertas. El corazón anhelando el encuentro.
Con la vida como un cántaro , en busca de la fuente. Con la Palabra, tocándonos por dentro el corazón. Despierta en nosotras entrañas maternales hacia toda la vida. Que seamos como Tú, humildad, acogida, encuentro, dicha...
Enséñanos a abrazar la vida, a abrazar a Dios
jueves, 12 de noviembre de 2015
VAMOS A ESCRIBIR
ERAN LOS PRIMEROS DÍAS DE CURSO
DISFRUTAR
¡Qué buen tiempo aquellos meses
pasados! Aquellos meses en los que el calor paseaba a sus anchas por las calles de muchas ciudades. Aquellos
meses de Libertad en los que se podía
disfrutar.
Disfrutar de un buen baño de olas en
el mar, mientras el sol acariciaba la piel
con sus finos rayos.
Disfrutar de la pequeña sombra de un árbol,
utilizándola como refugio del ardiente
sol.
Disfrutar de la tranquilidad de la
que se disponía al entrar en una historia a la que no perteneces mediante las
páginas de un libro.
Disfrutar de los largos días y las
noches cortas en los que uno se permitía
el lujo de perder un poco de tiempo, tan preciado durante el curso.
¡Qué buen
tiempo aquellos meses pasados! Que a mi pesar, ya se han terminado.
2º
B Irene de Andrés
OLAS, BLANCA ESPUMA
La
cálida agua del mar Mediterráneo me rozaba los tobillos invitándome a
sumergirme en ella.
Las
olas chocaban y desaparecían en la orilla dejando una blanca espuma a los pies
de castillos imaginarios construidos con
mucho esfuerzo sobre la arena fina que se deslizaba poco a poco por
toda la
playa a causa de las secuelas de la fuerte ventisca que se había producido
apenas hacía unos
instantes.
Las palmeras se unían a la fiesta haciendo chocar
sus gigantescas hojas que crujían a modo
de
melodía ambientando aquel lugar, un tanto sombrío, ya que las nubes
no dejaban asomar ningún rayo
de luz . ¡Qué pena! El paisaje hubiera sido más
agradable, aún así era maravilloso.
2º B Álvaro Muñoz
LAS ESTRELLAS BAILABAN
Me fui de vacaciones con mi familia
al mar. Yo lo observaba todo: En la
playa, las olas corrían para alcanzar la orilla, el viento susurraba
tranquilidad, los árboles bailaban a su ritmo y el sol quemaba como el fuego.
Al anochecer las estrellas bailaban como
pequeños soles en la oscuridad.
Aquel espectáculo hermoso sin
embargo no podía ser perfecto. Su perfección se veía empañada por bolsas y
botellas de plástico, basura que
merodeaba por todo el lugar.
1º
B
EL SUSURRO DE LAS OLAS
Este verano ha sido fantástico.
Ojalá pudiera ser como las palmeras que siempre pueden disfrutar del bonito
paisaje del las olas del mar.
Sentir
cómo el susurro de las olas me llevaba
a otro lugar
donde los pájaros entonaban bonitas canciones, las flores
desprendían un aroma
que te hacían creer que estabas en una isla tropical
probando un millón de batidos de miles de frutas deliciosas. ¡Qué fantástico verano!
1º B
AGUA CRISTALINA
Salí corriendo del colegio,
entusiasmada dejé la mochila
y comencé a hacer una ruta por Madrid.
El sol era más brillante que el
oro y el cielo estaba despejado de
nubes,
parecía el paraíso.
Después de andar y andar me paré a
la orilla de un río de agua cristalina,
las gotas parecían brillantes con los
reflejos del sol.
Cada día he
conocido lugares diferentes.
¡Qué buenas oportunidades nos ofrece el tiempo de verano!
1ºB
martes, 3 de noviembre de 2015
MERECÉIS, ALGO MÁS
Algo más que un silencio por aquellas
palabras
que, estando
vivos entre nosotros,
fueron
consuelo, fuerza y esperanza.
Palabras
que, no sabemos cómo ni de qué manera,
llenaron
tantos espacios ahora muertos.
Mucho más
que una lágrima porque, las vuestras,
fueron
llanto y ríos en abundancia
cuando
nuestros errores o decepciones
no siempre
estuvieron a la altura de lo que valíais.
MERECÉIS, ALGO MÁS
Que caer en
el olvido o en el absurdo
cuando, sin
quererlo o sin saber por qué,
dejamos
vuestros rostros esparcidos en bosques o en playas
campos o
mares, calles o plazas,
cuando, como
cristianos sabemos,
que sois
semilla destinada a descansar en Camposanto
MERECÉIS, ALGO MÁS
Que un día
con veinticuatro horas de recuerdos
porque,
vuestras pisadas en nuestros pasos,
fueron
aliento y entrega permanente
cuando la
vida nos castigaba cruelmente en nuestro caminar
MERECÉIS, ALGO MÁS
Que una
lágrima sin futuro o unas flores sin eternidad
Mucho más
que una añoranza sin esperanza
o un
“gracias” sin una apostar por el más allá
Mucho más
que una legítima ausencia
sin llorar
previamente nuestro arrepentimiento
Arrepentimiento
por las veces que, en el aquí y no en el allá,
no os dimos
el abrazo que ahora os daríamos
el beso que
tal vez os negamos
o el oído
que, tal vez por falta de tiempo, os retiramos.
Qué fácil es
amar cuando alguien se va
y qué
difícil, el Señor nos lo pondrá,
cuando tal
vez nos pregunte:
¿“Qué
hiciste en vida con tu hermano, tu padre, tu madre,
tu abuelo o
tu vecino, tu sacerdote o tu amigo”?
Porque, no
lo olvidemos,
ellos son
nuestros mientras viven junto a nosotros
pero son de
Dios cuando marchan de este mundo.
¡CUÁNTO OS
MERECÉIS! ¡DIOS OS LO DÉ TODO!
Javier Leoz