sábado, 28 de noviembre de 2015

MERECÉIS, ALGO MÁS


Algo más que un silencio por aquellas palabras
que, estando vivos entre nosotros,
fueron consuelo, fuerza y esperanza.
Palabras que, no sabemos cómo ni de qué manera,
llenaron tantos espacios ahora muertos.
Mucho más que una lágrima porque, las vuestras,
fueron llanto y ríos en abundancia
cuando nuestros errores o decepciones
no siempre estuvieron a la altura de lo que valíais.

MERECÉIS, ALGO MÁS
Que caer en el olvido o en el absurdo
cuando, sin quererlo o sin saber por qué,
dejamos vuestros rostros esparcidos en bosques o en playas
campos o mares, calles o plazas,
cuando, como cristianos sabemos,
que sois semilla destinada a descansar en Camposanto

MERECÉIS, ALGO MÁS
Que un día con veinticuatro horas de recuerdos
porque, vuestras pisadas en nuestros pasos,
fueron aliento y entrega permanente
cuando la vida nos castigaba cruelmente en nuestro caminar

MERECÉIS, ALGO MÁS
Que una lágrima sin futuro o unas flores sin eternidad
Mucho más que una añoranza sin esperanza
o un “gracias” sin una apostar por el más allá
Mucho más que una legítima ausencia
sin llorar previamente nuestro arrepentimiento
Arrepentimiento por las veces que, en el aquí y no en el allá,
no os dimos el abrazo que ahora os daríamos
el beso que tal vez os negamos
o el oído que, tal vez por falta de tiempo, os retiramos.
Qué fácil es amar cuando alguien se va
y qué difícil, el Señor nos lo pondrá,
cuando tal vez nos pregunte:
¿“Qué hiciste en vida con tu hermano, tu padre, tu madre,
tu abuelo o tu vecino, tu sacerdote o tu amigo”?
Porque, no lo olvidemos,
ellos son nuestros mientras viven junto a nosotros
pero son de Dios cuando marchan de este mundo.

¡CUÁNTO OS MERECÉIS! ¡DIOS OS LO DÉ TODO!
Javier Leoz






ADVIENTO


       

domingo, 15 de noviembre de 2015

CAMINAMOS A LA LUZ DE LA PALABRA ...


... COMO MARÍA 

        María, enséñanos a abrirnos  de para en par a la Vida. Ponnos en camino hacia la vida en plenitud. Las manos siempre acogedoras, siempre abiertas. El corazón anhelando el encuentro. 
Con la vida como un cántaro , en busca de la fuente. Con la Palabra, tocándonos por dentro el corazón. Despierta en nosotras entrañas maternales hacia toda la vida. Que seamos como Tú, humildad, acogida, encuentro, dicha...

                                         

Enséñanos a abrazar la vida, a abrazar a Dios

jueves, 12 de noviembre de 2015

VAMOS A ESCRIBIR

ERAN LOS PRIMEROS DÍAS DE CURSO

DISFRUTAR
           
         ¡Qué buen tiempo aquellos meses pasados! Aquellos meses en los que el calor paseaba a sus anchas  por las calles de muchas ciudades. Aquellos meses de Libertad  en los que se podía disfrutar.
        Disfrutar de un buen baño de olas en el mar, mientras el sol acariciaba la piel 
con sus finos rayos.
          Disfrutar  de la pequeña sombra de un árbol, utilizándola como refugio  del ardiente sol.
          Disfrutar de la tranquilidad de la que se disponía al entrar en una historia a la que no perteneces mediante las páginas de un libro.
            Disfrutar de los largos días y las noches cortas  en los que uno se permitía el lujo de perder un poco de tiempo, tan preciado durante el curso.
           ¡Qué buen tiempo aquellos meses pasados! Que a mi pesar, ya se han terminado.
                                                                                                                     
                                                                                                                             2º B Irene de Andrés

OLAS, BLANCA ESPUMA
           
            La cálida agua del mar Mediterráneo me rozaba los tobillos invitándome a sumergirme en ella.
         Las olas chocaban y desaparecían en la orilla dejando una blanca espuma a los pies de castillos imaginarios construidos  con mucho esfuerzo sobre la arena fina que se deslizaba poco a poco por 
toda la playa a causa de las secuelas de la fuerte ventisca  que se había producido 
apenas hacía unos instantes.
           Las palmeras se unían a la fiesta haciendo chocar sus gigantescas  hojas que crujían  a modo  de 
melodía ambientando aquel lugar, un tanto sombrío, ya que las nubes no dejaban asomar ningún rayo 
de luz . ¡Qué pena! El paisaje hubiera sido más agradable, aún así era maravilloso.
                                                                                                       
                                                                                                                              2º B Álvaro Muñoz

LAS ESTRELLAS BAILABAN
            
           Me fui de vacaciones con mi familia al mar.  Yo lo observaba todo: En la playa,  las olas corrían para alcanzar la orilla, el viento susurraba tranquilidad, los árboles bailaban a su ritmo y el sol quemaba como el fuego.
          Al anochecer las estrellas bailaban como pequeños soles en la oscuridad.
          Aquel espectáculo hermoso sin embargo no podía ser perfecto. Su perfección se veía empañada por bolsas y botellas de plástico, basura  que merodeaba  por todo el lugar.
                                                                                                                     
                                                                                                                                            1º B

EL SUSURRO DE LAS OLAS
           
       Este verano ha sido fantástico. Ojalá pudiera ser como las palmeras que siempre pueden disfrutar del bonito paisaje del las olas del mar. 
Sentir  cómo el susurro de las olas me llevaba  a otro lugar 
donde los pájaros entonaban bonitas canciones, las flores desprendían un aroma 
que te hacían creer que estabas en una isla tropical probando un millón de batidos de miles de frutas deliciosas. ¡Qué fantástico verano!
                                                                                                                                           1º B
                                                                                       
AGUA CRISTALINA
           
        Salí corriendo del colegio, entusiasmada dejé la mochila 
y comencé a hacer una ruta por Madrid.
  El sol era más brillante que el oro  y el cielo estaba despejado de nubes, 
parecía el paraíso.
  Después de andar y andar me paré a la orilla de un río de agua cristalina, 
las gotas parecían brillantes con los reflejos del sol.
        Cada día he conocido lugares diferentes. 
¡Qué buenas oportunidades nos ofrece el  tiempo de verano!

                                                                                                        
                                                                                                                                           1ºB

martes, 3 de noviembre de 2015

MERECÉIS, ALGO MÁS

Algo más que un silencio por aquellas palabras
que, estando vivos entre nosotros,
fueron consuelo, fuerza y esperanza.
Palabras que, no sabemos cómo ni de qué manera,
llenaron tantos espacios ahora muertos.
Mucho más que una lágrima porque, las vuestras,
fueron llanto y ríos en abundancia
cuando nuestros errores o decepciones
no siempre estuvieron a la altura de lo que valíais.

MERECÉIS, ALGO MÁS
Que caer en el olvido o en el absurdo
cuando, sin quererlo o sin saber por qué,
dejamos vuestros rostros esparcidos en bosques o en playas
campos o mares, calles o plazas,
cuando, como cristianos sabemos,
que sois semilla destinada a descansar en Camposanto

MERECÉIS, ALGO MÁS
Que un día con veinticuatro horas de recuerdos
porque, vuestras pisadas en nuestros pasos,
fueron aliento y entrega permanente
cuando la vida nos castigaba cruelmente en nuestro caminar

MERECÉIS, ALGO MÁS
Que una lágrima sin futuro o unas flores sin eternidad
Mucho más que una añoranza sin esperanza
o un “gracias” sin una apostar por el más allá
Mucho más que una legítima ausencia
sin llorar previamente nuestro arrepentimiento

Arrepentimiento por las veces que, en el aquí y no en el allá,
no os dimos el abrazo que ahora os daríamos
el beso que tal vez os negamos
o el oído que, tal vez por falta de tiempo, os retiramos.

Qué fácil es amar cuando alguien se va
y qué difícil, el Señor nos lo pondrá,
cuando tal vez nos pregunte:
¿“Qué hiciste en vida con tu hermano, tu padre, tu madre,
tu abuelo o tu vecino, tu sacerdote o tu amigo”?
Porque, no lo olvidemos,
ellos son nuestros mientras viven junto a nosotros
pero son de Dios cuando marchan de este mundo.

¡CUÁNTO OS MERECÉIS! ¡DIOS OS LO DÉ TODO!
                                                                                                                                               
                                                                                                                                Javier Leoz