viernes, 27 de junio de 2014

"QUIERO HABLAR DE UN AMOR INFINITO"




He aquí el Corazón que tanto ha amado a los hombres.
¡Míralo! No apartes la vista. No le bastaba con amarte y hacerse hombre.
No le bastaba con amarte y ser un hombre cualquiera;
no le bastaba con amarte y morir en una cruz...,
incluso muerto el mal le hiere con una lanza desgarrándole el corazón.
 Y Él, todo un Dios, en vez de rebelarse ante tal crueldad,
nos regala hasta la última gota de su sangre y de su agua.
Y precisamente, en ese corazón abierto y herido
se ha concentrado todo el amor de Dios.
En ese Corazón traspasado está el auténtico rostro de Dios.
 ¿Cuál es ese rostro? El rostro de amor que se da hasta el extremo.
 El amor que abruma.
El amor que no atiende a razones y destroza cualquier planteamiento humano.
Es un amor tan exagerado, que solo puede ser divino.
Un amor así no se puede contar ni definir.
Solamente se puede aceptar y disfrutar.
                                                                                       Jóvenes Dehonianos





domingo, 22 de junio de 2014

!ESTÁS AQUÍ, SEÑOR!

Parroquia San Juan de Ribera-Madrid-



¡ESTÁS AQUÍ, SEÑOR!

Y, ante un mundo indiferente a tu presencia,
nuestras voces aclaman lo que el corazón siente:

¡Estás aquí Señor, como alimento y vida!
No permanezcas al margen de nuestra existencia;
te necesitamos como báculo que ofrezca firmeza a nuestro caminar
No nos dejes de tu mano
a pesar de que, el hombre, haya replegado la suya
No permitas, Señor,
que otros soles sean más potentes
que los rayos  de tu verdad y de tu justicia
Sí, Señor;

¡ESTÁS AQUÍ, Y NOS BASTA!
Y manifestamos públicamente que, nada ni nadie,
podrá ofrecernos la alegría que Tú nos das
Y cantamos, a los cuatro vientos,
que tu voz, por ser divina y humana,
habla en medio de nuestras miserias
o nos levanta en tantos instantes de decadencia.
Sí, Señor;

ESTÁS PRESENTE EN EL PAN Y EL VINO
Para que, la mesa de nuestra vida,
cuente siempre con el principal sustento:
la fe, la esperanza, la Palabra, el Misterio
Para que, el paladar de nuestra existencia
saboree siempre de un manjar
que, sin saber de qué manera ni cómo,
se convierte en Cuerpo y Sangre de Cristo

¡ESTÁS AQUÍ Y TE DAMOS GRACIAS!
Porque te haces ofrenda por el hombre
y compartes sus preocupaciones y necesidades
Y sales, con tu mano poderosa,
bendiciendo sus inquietudes y anhelos
Y miras, desde esa blanca hostia,
con ojos de ternura y de misericordia
con ojos de amor y de amigo que nunca falla
con ojos que saben mirar
más allá de lo que el hombre con los suyos alcanza

¡ESTÁS AQUÍ, SEÑOR, Y NOS BASTA!
Eres salvación….¡Sálvanos!
Eres amigo……..¡Acompáñanos!
Eres fuerza……..¡Fortalécenos!
Eres vida……….¡Danos vida!
Eres amor………¡Amanos!
Eres Dios……….¡Te adoramos, Señor!
Eres Cristo……..¡Te bendecimos, Señor!
Eres Espíritu…...¡Llénanos de Ti!
Amén

                                                      Javier Leoz




viernes, 6 de junio de 2014

¡VEN ESPÍRITU DE DIOS!




Espíritu Santo, amo tu silencio
aunque no entiendo, 
amo tu sencilla presencia en mi vida.

De Ti recibo el amor que siento,
cuando el corazón quisiera 
estallar en gratuidad.

De Ti he recibido la fuerza,
en tantos momentos en los que
el miedo me impedía avanzar.

De Ti recibo la paz
después de días de tormenta, 
donde todo era oscuridad.

De Ti, la brisa que me pacifica,
cuando con dulzura
me invitas a la soledad.

De Ti el fuego que me quema,
cuando siento la urgencia
 de vivir para los demás.

De Ti, el gozo  cuando descubro
el gesto hermano, la caricia amiga,
el don de Ti mismo hecho amistad.

De Ti he aprendido a querer, a perdonar; 
yo, que te he sentido cerca
en horas de debilidad.

Eres Tú el AGUA,
 que sacia mi inquieta 
búsqueda de felicidad.

Eres tú la SAVIA,
que da vida a mi rama seca,
cuando se empieza a resquebrajar.

Eres Tú el REGAZO,
que al término de la jornada me acoge,
invitándome a descansar.

Eres Tú el VIENTO,
que con su fuerza me hace poner en pie,
cuando me vuelvo a estancar.
ERES TÚ...

Te amo, Espíritu Santo...
 a Ti que llenas el infinito
con tu misteriosa  y eterna presencia vital

                                                                           M. J. Valladares