viernes, 30 de marzo de 2018

¡ME DUELE TANTO!


PAPÁ:
Es difícil describir lo que siento en el día de tu cumpleaños...
Estás conmigo, te siento en mi corazón, 
vives en él y así será eternamente.
No quiero llorarte porque te amo y sé que te preocuparías 
pero no puedo evitarlo. Me duele tanto tu ausencia...

Sé que sólo se fue una parte de ti, la que yo podía tocar...
pero te necesito a mi lado, enséñame a vivir sin ti.
Practicaré hasta que me salga... no me rendiré.
Cerrando los ojos puedo acariciar tu alma y recordarte
tan guapo como siempre, con una gran sonrisa, 
llenando nuestras vidas de luz y amor.

GRACIAS por todo lo que me diste PAPÁ: 
por tu amor incondicional, por tu confianza infinita,
tus cuidados amorosos, tus sabios consejos,tu ejemplo. 
¡Qué grande has sido papá! Imposible olvidarte.
No puedo llenarte de besos y abrazos 
pero sé que te llegan. Te quierooooooooo  mi amor


NURIA VALLADARES PÉREZ
                                       28 de  marzo de 2018

 A   PAPÁ

Nos queda tu sonrisa viva en nuestro recuerdo
 y el corazón nos dice que nunca te olvidaremos;
pero al quedarnos solos sabiendo que te perdemos,
aún te amaremos más.
En el cielo ya disfrutan de tu bondad y alegría,
y mientras aquí en la tierra
nos dejas amor para toda una vida.
Te echamos muchísimo de menos Papá.
Bendecimos haber formado parte de tu vida,  
serás nuestro faro en medio de la noche
y la luz que ilumine nuestros días.
“TE QUEREMOS PAPÁ”
                                           Tus hijas

                                                                                 
                                                                                                              
                                                                                                                        “TE QUEREMOS PAPÁ”       

Cómo expresar  con palabras lo que el corazón siente,
lo que sentimos por ti, Papá.
Nos has regalado tu vida
y bendecido la nuestra con tu compañía;
nos has enseñado a caminar,
has puesto tus huellas delante de las nuestras.
Tu cuerpo ya no está entre nosotros,
pero nos queda el recuerdo vivo e imborrable de tu amor,
tu sonrisa, tus caricias y tus besos.
Te sentiremos en el rayo de sol de la mañana,
en la brisa fresca que acaricie nuestro rostro
y en las estrellas que iluminen nuestras noches.
Siempre estarás con nosotros,
para tus niños siempre serás su héroe, eres su “tito”, el mejor.
Les dejas un montón de momentos imposibles de olvidar.

                                                                                                            Susana Valladares Pérez

 POR SIEMPRE PAPÁ

Pasan los días y un fuerte dolor me oprime en el pecho.
Me duele tu ausencia, me has dejado un vacío inmenso.
Me cuesta creerlo…. no volver a verte,
no sentir nunca más tus besos.
Te necesito a mi lado…
necesito tu risa, tu amor, tu alegría y seguir tu ejemplo.
A partir de ahora, viviré de recuerdos…
de tus  juegos y  tus bromas,
del calor de tus abrazos y tus besos tiernos,
de tu voz dulce y alegre
y de tus innumerables muestras de afecto.
Siempre pendiente, siempre dispuesto,
has sido muy grande, el MEJOR, mi amor primero.
Nos quedaba tanto por hacer….
Ayúdame papi, allí desde el cielo
y  dame fuerza para seguir viviendo.

Miriam  Valladares Pérez



AL HILO CON NUESTROS SENTIMIENTOS

VIERNES SANTO

Hay días que no vemos el sol,
hay días que nos hacemos muchas preguntas,
hay días que hasta nos preguntamos
¿dónde está Dios?
Si es hijo de Dios, ¡que lo demuestre!
Si Dios existe, ¡que hable!
Si Dios existe, ¿por qué tiene que pasar lo que pasa?

Sí, hay días en los que el creyente
reza y reza en la oración:
Dios, no veo tu rostro, y se que estás.
Dios, no veo salida, y sé que existes.
Dios, no comprendo tu plan, y sé que tienes un plan.
Dios, no entiendo tu modo de amar, y sé que me amas.
Dios, no entiendo nada, y en la noche, creo.

Hoy es Viernes Santo,
se juntan todas las preguntas que nos hacemos,
y no sabemos responder;
se juntan todos los comportamientos tuyos que nos sublevan
o provocan hasta el extremo de gritar:
¿Por qué?, ¿Por qué?, ¿Por qué nos has abandonado?
Y, después de gritar nuestro abandono confesamos:
En tus manos me abandono
En tus manos me entrego.

Hoy es viernes Santo,
y, Señor, nos invitas a entrar 
en el misterio del dolor, de la muerte,
del silencio, de la espera,
de la confianza total, del total abandono...

Álvaro Ginel












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